3. LA REDACCIÓN
1. Presentar el tema como cuestión fundamental para entender al autor y su época.
2. Localizar la etapa histórica, el problema en el que se encuentra, las diferentes corrientes y señalar la posición del autor.
3. Introducción a la filosofía del autor llevando el discurso hacia el tema propuesto.
4. Desarrollo del tema en concreto a modo de hilo conductor para una redacción con sentido. (las referencias al texto y a otros autores aumentarán la calidad del resultado)
5. Consideración de las consecuencias filosóficas, disputas o críticas (si es el caso)
6. Finalizar con la conclusión de la redacción (aportaciones a la filosofía de la época y presencia en la actualidad)
La educación y el gobierno de la Polis
INTRODUCCIÓN (el alumno presenta el tema y el orden en que se desarrollará, redactando el esquema previo que has elaborado para no perderte en el desarrollo)
En esta disertación relacionaré los conceptos de educación y gobierno de la ciudad, según la filosofía de Platón. Para ser un buen gobernante, ¿es necesario educarse? ¿En qué disciplinas debe educarse un gobernante? ¿Serían todos capaces de llegar a dirigir correctamente a una sociedad? En primer lugar, explicaré en qué tres partes se divide el alma humana, para poder ver quiénes serían los gobernantes perfectos, y las cualidades que deberían tener éstos para cumplir su función. Después de esto, describiré las materias en las que se deben educar los líderes, sobretodo describiré la teoría de las Ideas de Platón, que es lo que de verdad han de llegar a conocer, a ver. Y finalmente expondré cómo deben educarse los líderes, es decir, qué pasos deben seguir para gobernar con justicia y armonía. Este proceso educativo iré relacionándolo con el mito de la caverna de Platón, ya que es lo que explica de una manera muy metafórica.
DESARROLLO (aquí se desarrollará lo planteado en la introducción siguiendo el orden de tal manera que a cada apartado se le conceda un párrafo)
La sociedad ideal para este filósofo griego está dividida en tres clases: los productores, los guardianes y los gobernantes. Para hacer esta división le es necesario dividir las almas de las personas en tres partes diferentes, todos tienen tres partes diferentes de alma, pero en cada uno predomina una en concreto. La parte apetitiva es la que predomina en los productores y es la que hace que deseemos cosas materiales, perceptibles por los sentidos. A parte también está la parte predominante en los guardianes, la irascible, que es la que nos hace tener deseo de relacionarnos con otras personas y tener sentimientos de cara a ellas. Por último, en los gobernantes predominaría la parte racional, que es única en el ser humano y nos permite pensar, deducir cosas... Por eso, el perfecto gobernante debe tener la parte racional del alma más desarrollada que las otras, y su virtud debe ser la sabiduría y la prudencia.
Pero, ¿qué clase de materias debe aprender el futuro gobernante? Platón formuló la teoría del filósofo- gobernante, en la que para ser un buen líder se ha de ser filósofo, porque sólo ellos pueden alcanzar la sabiduría y la virtud. Por ello, propone un gobierno aristocrático de la virtud y el saber, una teoría de élite donde deberán gobernar los mejores. El problema surge cuando alguien intenta comenzar el proceso educativo, porque, ¿qué es lo que debe saber un buen gobernante? Pues bien, ha de tener un criterio que no se base en sus experiencias personales, esto es, un criterio independiente de sus opiniones y universal, para poder decidir en todo momento con justicia.
Este filósofo griego defiende la posibilidad de acceder al verdadero conocimiento, de alcanzar verdades absolutas e inmutables, a las que denomina Ideas; por eso el futuro gobernante deberá llegar a conocer el mundo al que pertenecen estas realidades, un mundo inteligible al que sólo se puede acceder mediante el uso de la razón y la inteligencia, no mediante los sentidos; y sobretodo deberá conocer la Idea de Justicia y la Idea suprema del Bien, creadora de todas las demás. Al mundo inteligible, que es un mundo diferente al nuestro, se puede acceder gracias a que nuestra alma antes de encarnarse en el cuerpo ya ha preexistido en ese mundo, pero al entrar en contacto con el cuerpo lo olvida todo. Por eso, como dice la teoría de la reminiscencia, conocer es como recordar lo vivido por el alma anteriormente.
Finalmente voy a explicar cómo debe el “alumno” avanzar en el proceso educativo, que consta de tres partes: el conocimiento de las matemáticas, la dialéctica ascendente y la descendente. En primer lugar, para ser un buen gobernante ha de tener un buen conocimiento militar y de organización, cosa que aprenderá gracias a las matemáticas, sobretodo su parte teórica, que además le servirá para familiarizarse con el razonamiento conceptual y abstracto, como una preparación para llegar al mundo de las Ideas. Después de esto, deberá empezar el cultivo de la dialéctica. La dialéctica ascendente queda representada en el mito de la caverna como la llegada al mundo exterior, con un primer momento de ceguera que significa que el “alumno” acaba de descubrir su ignorancia, que muchas cosas que creía que eran de una forma determinada no lo eran, y por eso ha de empezar a aprender nuevos conceptos, es decir, ir conociendo el mundo de las Ideas poco a poco como quién se va acostumbrando a la luz después de estar en las sombras mucho tiempo. Entonces, durante un periodo de tiempo irá conociendo las Ideas hasta que llegue a conocer la del Bien, considerada la suprema y la culminación del proceso de dialéctica ascendente.
CONCLUSIÓN (aquí se recogerá la idea más importante a la que se ha llegado y sus consecuencias)
Como conclusión a la educación, la dialéctica descendente consiste en aplicar los conocimientos adquiridos hasta el momento, el regreso a las sombras de la caverna para mejorar la sociedad que supone un segundo momento de ceguera que desaparece cuando aprende a poner en práctica sus conocimientos, generalmente en contra del resto de la sociedad ignorante que intentarán atacar al nuevo filósofo por intentar abrirles los ojos. Ese gobernante, aunque preferiría quedarse en el mundo “exterior” volverá para dirigir la ciudad ya que siente que su obligación es ayudar a los demás a que alcancen el conocimiento y a vivir en una sociedad justa, feliz y en armonía. Se sienten obligados a ayudar a los demás porque, como explica el intelectualismo moral, el que sepa cómo comportarse bien, es decir, el que conozca la Idea del Bien, se ha de comportar bien. En resumen, un buen gobernante es aquel que llega a conocer las verdades absolutas que son las Ideas, mediante un duro y largo proceso educativo, y que después guía justamente al resto de la sociedad para que sean felices y vivan en armonía.